POR LA BELLEZA
DE VENECIA

EN EL PREESTRENO DE LA 60.ª EDICÍON DE LA BIENAL DE VENECIA, EN COLABORACIÓN CON LA FUNDACIÓN VENETIAN HERITAGE, LA MAISON ORQUESTÓ UN BAILE EXCEPCIONAL PARA APOYAR EL PATRIMONIO CULTURAL VENECIANO. EN ESOS MOMENTOS QUE DEJARON EL TIEMPO EN SUSPENSO, LA DIVERSIDAD DEL SAVOIR-FAIRE BRILLÓ EN TODO SU ESPLENDOR Y SE PUSO DE RELIEVE LA INAGOTABLE FASCINACIÓN DEL MODISTA-FUNDADOR POR EL ARTE Y LA MAGIA DE LA FIESTA.

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© ADRIEN DIRAND

Tras el palacio Labia en 2019 y el teatro La Fenice en 2022, el Arsenale Vecchio, los antiguos astilleros de Venecia que constituyen otra de las joyas históricas de la Serenísima, se convirtió en el escenario de este acontecimiento único. El edificio, por lo general cerrado al público, se transformó por una tarde en un espectacular salón de recepciones para albergar una cena de gala que reunió a mecenas de Venetian Heritage, artistas, VIP y amistades de la Maison. En un homenaje a ese espacio simbólico y eterno que personifica como ningún otro la unión entre Venecia y el agua, las naumaquias fueron el tema escogido para el baile. Las naumaquias, reconstituciones de batallas navales, fueron antaño uno de los juegos más apreciados en lugares como el anfiteatro romano. Góndolas engalanadas con vivos colores, préstamo de la Regata Storica di Venezia, acogieron a los invitados en el muelle del arsenal.

Con las paredes del amplio recinto vestidas de terciopelo, las mesas evocaban imponentes navíos; los centros de mesa estaban profusamente decorados con maquetas que representaban la ciudad y sus canales en suntuosas miniaturas. La Maison solicitó al maquetista Gilberto Penzo que creara réplicas de monumentos icónicos de la Serenísima, del campanile de San Marcos al puente de Rialto, y luego dispuso sus obras rodeadas por exquisitas composiciones florales. Las lámparas, confeccionadas en Murano con cristal soplado, destacaban la voluntad de Dior de celebrar y perpetuar el savoir-faire veneciano, amén de lucir en todo su esplendor la excelencia de los maestros vidrieros de la ciudad. En un extraordinario diálogo entre cultura y tradición, los manteles se realzaban con cuadros inspirados en el arlequín, sutil referencia al mítico carnaval de Venecia, en cierto paralelismo con el grafismo del emblemático cannage que magnificaba la vajilla de Dior Maison.

Esta grandiosa ceremonia, destinada a recaudar fondos para la restauración de la Porta Magna del Arsenal y del museo Ca’ d’Oro, ha establecido un nuevo vínculo entre Dior e Italia a través del prisma de la creatividad en todas sus formas.

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© PIERRE MOUTON

D: Culture - News - Event - Venetian Heritage
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Dior y los bailes, pasión de ensueño

Los bailes y las fiestas, esos momentos en los que el sueño se acerca a la realidad, fascinaron a Christian Dior desde la infancia; el diseñador nunca dejó de manifestar su admiración por esas maravillosas celebraciones. En 1951 participó en lo que se dio en llamar el «Baile del siglo» organizado en el palacio Labia de Venecia por su amigo Charles de Beistegui; para aquella ocasión, junto con Salvador Dalí, diseñó disfraces fastuosos. «Fue la velada más hermosa que he visto y veré jamás. El esplendor de los disfraces era casi comparable a la indumentaria triunfal de los personajes de Tiépolo pintados al fresco en las paredes. (…) Las fiestas de esta índole son auténticas obras de arte», expuso tiempo después en sus memorias*. Esa pasión fue también una fuente de inspiración inagotable, y así lo atestiguan los modelos Bal Vénitien, Nuit de château, Mille et Une Nuits o Bal d’autrefois, (Baile veneciano, Noche de palacio, Mil y una noches o Baile de antaño), diseñados por el modista a lo largo de sus colecciones de Alta Costura.

* Christian Dior et moi, Christian Dior, Librairie Vuibert.

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