Cuando observamos sus retratos, herencia de los bajorrelieves y con el rostro siempre ladeado, como se solía representar a las reinas de antaño, su aura nos subyuga. De cabello pelirrojo finamente ensortijado, posa una mirada dulce en algún punto distante. Nada parece poder alterar su silueta tranquila, y sus preciosos ropajes denotan su gracia. Fascinada por esta mujer poco habitual, Maria Grazia Chiuri la ha convertido en una de las principales fuentes de inspiración de su desfile crucero Dior 2025 presentado en Escocia, tierra que tiene en la figura de María Estuardo a su soberana más célebre.
Con ella se establece una sublime elipsis en la historia. María Estuardo se sitúa en el umbral mitológico de los personajes de William Shakespeare y de las heroínas de la Antigüedad. Su vida estuvo marcada por el exilio, el rechazo y el silencio. Pero, como en el otro lado del espejo, también conoció el poder, el valor, la inteligencia, la pasión y la resiliencia. A María Estuardo todo le aconteció de manera deslumbrante.
Apenas tenía seis días de vida cuando recayó sobre ella la corona de Escocia. Su madre la envió lejos de su tierra natal, a Francia, donde creció. Allí contrajo matrimonio con quien estaba destinado a ser Francisco II de Francia; pasó así a ser la reina del país galo y quedó de ese modo establecido, por siempre, un vínculo inquebrantable entre ambos países. Sin embargo, cuando apenas había transcurrido un año y medio desde su ascensión al trono, su esposo murió. Ella decidió entonces regresar a Escocia, pero pese al gran empeño que puso en ejercer bien su cargo, su propio pueblo, de mayoría protestante, la rechazó por su fe católica. Procuró defenderse de las intrigas de sus cortesanos, inmersos en una lucha sin cuartel por el poder, pero terminó detenida y encarcelada. Logró huir y trató de recuperar el trono con el apoyo de su prima, Isabel I, reina de Inglaterra, quien terminó traicionándola y encarcelándola; María Estuardo podría aspirar legítimamente a sucederla en el trono de Inglaterra y, en consecuencia, suponía una amenaza. Pasó cautiva 18 años, al cabo de los cuales fue ejecutada. |
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