Sauvage x Baccarat

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FUERZA(S) DE LA NATURALEZA

SAUVAGE Y BACCARAT, UNA FRAGANCIA EXCEPCIONAL Y UN MANUFACTURERO LEGENDARIO, HAN DADO LUGAR CON SU ENCUENTRO A UNA PRIMERA Y ESPECTACULAR EDICIÓN. LA FUERZA DEL CRISTAL Y LA NOBLEZA DE LA MADERA SE HAN UNIDO PARA COBIJAR UN ICONO: SAUVAGE ELIXIR.
POR MARIE ÉPINEUIL.

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Fuego, metal y agua. Tres elementos esenciales para dotar al cristal de resistencia y pureza. Tres elementos constituyentes de Sauvage Elixir que ahora convergen en un novedoso frasco creado por Baccarat en su taller, situado en la región francesa de Lorena: 200 exclusivos ejemplares numerados que ponen de relieve su savoir-faire de excelencia.

Es bien sabido que la belleza nace del caos. Sauvage es un perfume tan sumamente singular que necesitaba un frasco a su imagen, una pieza única, inesperada, resultado de una tradición ancestral y guiado por la mano de artesanos virtuosos.

La creación de esta obra empezó en la sede de Baccarat, donde los maestros vidrieros son magos que conocen los secretos del cristal; darle forma requiere seguir una serie de pasos insoslayables, y cada uno de ellos exige un trabajo de gran minuciosidad, infinitamente delicado.

Primero se extrae el vidrio caliente o posta con una varilla de hierro hueca llamada caña; el material incandescente, palpitante, se transforma en una burbuja de cristal dándole vueltas con firme suavidad. La burbuja se va enfriando rápidamente. Cualquier gesto brusco, por pequeño que sea, puede estallarla. Al sacar la posta del fuego se crea una textura, una estructura organizada en la materia. Manipulando la burbuja con herramientas específicas del oficio, el artesano procede a la fase siguiente: soplar en la caña para ir dándole forma. La geometría icónica de Sauvage surge poco a poco, como salida de la fragua de Vulcano, animada por quien le transmite vida y la moldea hasta formar un cuello perfecto y un fondo abombado de proporciones armónicas. Con un golpe seco y preciso, el cuello se corta a la altura deseada con unas tijeras. Una vez desprendida la pieza, se pasa a otra fase de gran minuciosidad, pues ha llegado el momento de darle su forma definitiva. Sujetando la pieza con unas pinzas el maestro vidriero aplana la base y la afina para dar lugar a un cristal puro y excepcionalmente transparente.

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Por primera vez, Sauvage Elixir está contenido en un frasco traslúcido que permite ver el color del perfume. Es una novedad para esta estela embriagadora, entre lavanda y corazón de especias concentradas al máximo. Hasta ahora había protegido el misterio de su fuerza olfativa tras un cristal tintado en color azul nocturno.

La talla del tapón es, en sí, todo un ejercicio de estilo: muestra, en el contorno, tres biseles finos y nítidos que el maestro vidriero deja mates, para que contrasten con el brillo del cristal; son uno de sus signos distintivos. Lustrado y pulido, el resultado es una verdadera obra de arte.

Virgen aún de cualquier añadido, le falta un detalle: la inscripción del nombre Sauvage Elixir, trazado a pincel con increíble minuciosidad, embellece el frasco. Para que el nombre quede fijado, en un nuevo atributo privilegiado se aplica paladio, un metal escaso, extremadamente puro y más preciado que el oro, que no se oxida ni se empaña. Lo encontramos en reflejos sutiles, en una decoración de asombrosa maestría, quintaesencia de un refinamiento que se sitúa en el vértice de una discreta opulencia.

Para esta pieza excepcional, la presentación debía ser igualmente excepcional. La madera, densa y noble, protege el frasco en un estuche de roble macizo de líneas puras y escultóricas. Un sobre de papel texturado contiene el certificado de autenticidad de los materiales y el número de este objeto de deseo en edición limitada. Para quienes deseen aplicarse Sauvage Elixir directamente en la piel, especialmente en los puntos de pulsación dotando así a la fragancia de una vibración e intensidad especiales, hay una varilla.

Este perfume, exclusivo y deseable, se entrega a domicilio acompañado por un servicio con personal especializado que, protegido con guantes blancos, desvela un precioso ceremonial y explica la prodigiosa historia de su creación. Sauvage Elixir es el encuentro del fuego, el metal y el agua unidos gracias a la fuerza e increíble precisión de los gestos y oficios combinados de Dior y Baccarat. Es, en definitiva, una obra maestra de belleza telúrica.

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