AMAZONAS
PARISINAS

LOS ESTILOS DE PRÊT-À-PORTER OTOÑO-INVIERNO 2023-2024, IRRESISTIBLEMENTE DIOR, REPASAN EL LEGADO DE LA MAISON COMO UNA INVITACIÓN A LA REAFIRMACIÓN PERSONAL. SON LA EXPRESIÓN SINGULAR DE UNA FEMINIDAD PLURAL Y LIBRE QUE CONJUGA PASADO Y FUTURO.

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«Non, rien de rien / Non, je ne regrette rien». En la voz de Édith Piaf, la archifamosa canción* marcó el desfile Dior de prêt-à-porter otoño-invierno 2023-2024, diseñado por Maria Grazia Chiuri como una oda contemporánea a la moda y al París de la década de 1950, presentado en pleno centro de la Ciudad de la Luz.

Las modelos recorrieron un decorado convertido en un nuevo mundo imaginario salido de la mente prodigiosa de Joana Vasconcelos. La mole orgánica y tentacular de su inmensa instalación, llamada Valkyrie Miss Dior, estableció un intenso diálogo textil entre las muchas facetas de la feminidad. Esta forma casi dotada de vida propia, de la que parecía difícil escapar, estaba confeccionada con encajes y bordados, y suponía también una invitación abierta a un inmenso campo de posibilidades. Las técnicas exploradas por la artista portuguesa –costura, punto, ganchillo… labores artesanales típicamente femeninas– contrastan con el carácter monumental de su obra, en este caso especialmente diseñada para Dior.
* Por Michel Vaucaire / Charles Dumont © S.E.M.I, Paris (Francia).
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© Laura Sciacovelli

Las siluetas ofrecieron una elegancia reinventada. En la nueva colección, vestidos y faldas corolle –emblemas del icónico New Look– lucen estampados floreados con motivos tornasolados que rinden homenaje a los archivos Dior con una audaz variación adornada con mil flores de cuero. La profundidad y los múltiples matices del negro predominan, pero en los conjuntos también están presentes códigos eternos de la Maison como el leopardo o la pata de gallo, así como tejidos de aspecto arrugado formados por hilos metálicos que envuelven el cuerpo. Los colores primarios –rubí, esmeralda, topacio–, sutilmente revisitados, ocuparon el proscenio. En esta revisión del estilo de Dior aparece también una reinterpretación virtuosa del vestido Miss Dior; este nombre fue también el apodo afectuoso de Catherine Dior, hermana del modista-fundador y una de las figuras que más inspiran a la Directora Creativa.

Los complementos, como poéticas coronas de flores doradas de rafia o un plastrón labrado como un precioso collar-armadura, son exquisitos toques finales que esbozan un poco más esa figura de amazona, entre fuerza y fragilidad. Custodiada por la imagen caleidoscópica de iconos fascinantes –de Édith Piaf a Juliette Gréco pasando por la personalidad extraordinaria de Catherine–, esta colección sugiere trayectorias emocionales para nuevas generaciones de mujeres que ya esbozan nuestro futuro.

Es una celebración de la historia de Dior, siempre cargada de infinita modernidad; es un destello del porvenir.
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