Con gran talento, con su manera sobria e íntima de filmar, Baillie Walsh transmite la emoción de la música. Uno de sus clips más conocidos lo demuestra claramente: Unfinished Sympathy, de Massive Attack. Como si se tratara de una docuficción, el director capta inicialmente a los integrantes de una banda en un barrio obrero de Los Ángeles para a continuación, reuniendo a actores profesionales y extras «auténticos», sublimar la belleza de un paseo musical que sin embargo está rodeado de una cruda realidad.

Ese gusto por la realidad está presente en toda su filmografía. En sus vídeos, así como en sus numerosos documentales, hace gala de un arte en el que todo se va desvelando sin artificio alguno. Baillie Walsh ha seguido entre bastidores a artistas como Bruce Springsteen, Oasis y Daniel Craig en el papel de James Bond. Siempre, como una constante, se aleja de los filtros y del maquillaje. Gracias a su mirada discreta y sincera, las estrellas se ponen en sus manos y terminan desvelando facetas de su vida habitualmente secretas. Baillie Walsh consigue captar cosas que solo él es capaz de ver.

En su afán por exponer lo invisible, también ha ofrecido momentos y sensaciones únicos, posibles gracias a la tecnología y los hologramas. Así, hizo aparecer a Kate Moss en un homenaje a Alexander McQueen y ha dirigido el increíble espectáculo ABBA Voyage.

Al igual que con los versos de T. S. Eliot, recitados para el último espectáculo de Kim Jones, Baillie Walsh nos transporta a un momento vívido, real. Muy cerca de la voz y los cuerpos. Muy cerca de lo que nos emociona y fascina.