EL CORO DE 
LAS MUJERES

LUCIE ALEXANDRE: ¿Qué sintió al saber que su música iba a cerrar un desfile de Dior poniendo banda sonora a una performance de Elina Chauvet?

VIVIR QUINTANA: Me sentí muy honrada de acompañar el trabajo de Elina Chauvet, una mujer que ha luchado para erradicar la violencia machista dando visibilidad a los feminicidios en Chihuahua. A través de nuestro arte exponemos incansablemente lo que les sucede a las mujeres, no solo en México, sino en todo el mundo: nos matan por ser mujer. El desfile de Dior ha sido una oportunidad para mostrar no solo la belleza de nuestro país, sino también su realidad. Me emocionó mucho que después del desfile otras artistas feministas me dijeran: «A mí también me han pasado cosas así, y ahora quiero contarlo».

LA: El mundo entero ha retomado su canción, que encarna la lucha de las mujeres por hacerse oír. ¿Qué nos puede decir de ese himno?

VQ: Ese himno poderoso es simplemente el reflejo de un mundo herido, un mundo que pide empatía y respeto por la vida de las mujeres. Cuando oigo versiones de la canción por todo el planeta me duele saber hasta qué punto el dolor nos une, me atrevo a decir, a todas y todos. Pero también me da fuerza, y la esperanza de seguir usando la música como un vehículo revolucionario. ¡La lucha sigue y sigue! Lo canto, y lo cantaré.

LA: Canción sin miedo. ¿Cree que en eso consiste el poder de la música, en vencer el miedo?

VQ: Para mí, la música es un medio para unir corazones y despertar conciencias. Personalmente, intento sensibilizar a otras mujeres para que cuenten sus propias historias –de amor, violencia, tristeza, alegría, resistencia y coraje– para salir de la cultura del silencio y del olvido. La música es la revolución de las calles. Mi papel como cantante es transmitir mensajes de paz e invitar a la gente a contribuir a hacer un mundo más armónico, respetable y honrado, y menos egoísta. 

LA: ¿Puede hablarnos de su trayectoria, de lo que le ha guiado hacia la música?

VQ: Mis orígenes son los de una chica nacida al norte del país, donde la música norteña, la cumbia, los corridos y la banda rompen el silencio en las calles. A los 12 años descubrí mi amor por la guitarra, que se ha convertido en mi sonido preferido y mi objeto más preciado. Lo que me llevó a la música fue mi entusiasmo por las palabras unido a la armonía de esas seis cuerdas que me hacen vibrar. También descubrí que es mi forma de comunicarme con el mundo.

LA: La moda que crea Maria Grazia Chiuri está pensada como un manifiesto que defiende valores feministas. ¿Qué opina de su compromiso incondicional?

VQ: Creo que, en el momento en que una mujer marca la diferencia, hay esperanza para todos. Cuando estudié el trabajo de Maria Grazia Chiuri me vi reflejada en ella y en sus acciones. En ella veo una luz, gracias a la cual podemos ser las mujeres que queremos ser a diario. Tenemos que usar todas las plataformas, todos los escenarios y micrófonos a nuestro alcance para hablar del feminismo y del hecho de que las mujeres merecen disfrutar de mejores oportunidades en todos los ámbitos.

LA: ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las mujeres?

VQ: Que es normal que no siempre estemos bien. Compañera, amiga que me lees: no estás sola. Somos muchas las que intentamos vernos con más dulzura, más amor, más sensatez, más libertad. A todas las mujeres que luchan en todos los frentes, en casa, en la oficina, en taxis, hospitales o en la calle, en empresas, gobiernos y ciudades, hablando idiomas distintos, a vosotras os hago llegar mi respeto y agradecimiento y os digo que merecemos un mundo mejor para nuestras abuelas, madres, hijas, hermanas, amigas y vecinas. Os digo, con gran amor, que entre todas podemos cambiar el curso de nuestra historia, una historia de la que somos protagonistas.