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PHOTOGRAPHY BY LOLA ÁLVAREZ BRAVO. COLLECTION CENTER FOR CREATIVE PHOTOGRAPHY © CENTER FOR CREATIVE PHOTOGRAPHY, THE UNIVERSITY OF ARIZONA FOUNDATION.

FRIDA O
VIVA LA VIDA

FRIDA KAHLO, ICONO MUNDIALMENTE CONOCIDO, HA TENIDO ESPECIAL PROTAGONISMO EN EL DESFILE CRUCERO DIOR 2024, DISEÑADO POR MARIA GRAZIA CHIURI. REPASAMOS LA TRAYECTORIA FULGURANTE DE UNA DE LAS ARTISTAS MÁS MOTIVADORAS, LIBRES Y CONTUNDENTES DEL MUNDO. POR BORIS BERGMANN.

Frida Kahlo creció en el sur de México, en la Casa Azul, cuyos muros de intenso azul siguen resplandeciendo en el barrio de Coyoacán. De pequeña enfermó de poliomielitis, que le provocó cojera. Su padre, fotógrafo, la inició en las bellas artes, pero ella quería ser médico. Fue una de las primeras chicas admitidas en el curso superior de la Escuela Nacional Preparatoria, establecida en el edificio del Colegio de San Ildefonso.

El 17 de septiembre de 1925, a los 18 años, la vida dio un vuelco para la joven Frida: el autobús en que volvía de la escuela a casa fue arrollado por un tranvía y ella quedó gravemente herida. Tuvo que permanecer varios meses en el hospital y sufrió repetidas operaciones quirúrgicas. Adquirió entonces conciencia de que su supervivencia pasaba por la pintura. El arte se convirtió en su razón de ser. 

Desarrolló de inmediato un estilo único. Sus obras relatan su propia historia; los autorretratos son una constante, pues no dudaba en escenificarse a sí misma. Por otro lado, mostró su compromiso a través de la ropa combinando vestidos tradicionales mexicanos con trajes masculinos; creó así una silueta singular, totalmente vanguardista. Más adelante, animada por la fotógrafa Tina Modotti, se afilió al Partido Comunista. Su arte pasó así a ser también militante, dedicado a las minorías oprimidas. Para empezar, las mujeres.
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© Ivan Dmitri/Archivos Michael Ochs/Getty Images

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 © museo frida kahlo

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© Archivo Atlas Photo/TopFoto/Roger-Viollet

Su libertad, tanto en su vida amorosa como en su pintura, se convirtió en su lucha primordial, su reivindicación esencial frente a la sociedad patriarcal y tradicionalista. En 1922, cuando estaba estudiando en el Colegio de San Ildefonso –el mismo que ha acogido el desfile crucero de Dior 2024–, conoció a Diego Rivera, artista reconocido y aclamado por sus frescos murales, que le sacaba 21 años. Ella le presentó su trabajo. Años después, pese a la diferencia de edad, se produjo el flechazo, se casaron y formaron una pareja internacionalmente célebre. Recibieron una invitación para ir a vivir a los Estados Unidos, pero la experiencia no duró mucho porque Frida sentía nostalgia de México. Muchos fueron los dramas que marcaron su vida. Debido al accidente, no podía tener hijos. La relación de pareja fue muy complicada. Su marido la engañaba, y en respuesta ella también le fue infiel, tanto con hombres como con mujeres, explorando su propia identidad.

De regreso a su tierra acogieron al revolucionario ruso León Trotski en el exilio, y también al poeta francés André Breton, que invitó a Frida Kahlo a París en 1939 para una exposición. La pintora se mostró muy crítica con los surrealistas; sostuvo que ella no se inscribía en ninguna corriente, sino que era libre a toda costa. En México era un icono nacional y el mundo entero la admiraba, pero la artista se iba consumiendo por la enfermedad. Al final de su vida ya no podía moverse, y acudió a su última retrospectiva en una camilla. Murió en 1954, a los 47 años. En su último cuadro, en letras muy visibles, se lee: Viva la vida. Tal es el mensaje que dejó para posteridad una artista que supo sublimar tanto su existencia como las pruebas a las que la sometió la vida a través de la fuerza incondicional del arte, el amor y la amistad, y que se dejó guiar por el corazón a la hora de trascender y crear.
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