Hongbo Li 
o la pasión por
la excelencia

Dior Magazine inaugura una nueva sección dedicada a las manos que hacen posible en Dior la excelencia de la moda. Hongbo Li, primer oficial de los talleres de telas mórbidas y sastrería –uno de los puestos clave de la Alta Costura–, celebra en 2024 sus veinte años de trabajo en la Maison. Su deslumbrante trayectoria ha estado guiada por su amor incondicional a las diversas formas de savoir-faire de Dior.
Marie Audran ha ido a su encuentro.

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© Sophie Carre

MARIE AUDRAN: El 4 de octubre de 2004 fue su primer día de trabajo en Dior. ¿Cómo lo recuerda?

HONGBO LI: Nunca podré olvidarlo, fue un sueño hecho realidad y, al mismo tiempo, algo totalmente irreal. ¡Aún hoy sigo teniendo la sensación de vivir ese sueño! Vine por seis meses, como becario, ¡y nunca me llegué a marchar! La moda me gusta desde pequeño, seguramente influido por mi madre, que tenía un taller de costura. Quise ser diseñador desde muy joven, para gran disgusto de mi madre que sabía hasta qué punto este oficio es exigente; se pasan muchas noches en vela y hay mucho estrés. ¡Pero me apasiona tanto que nunca me canso!

MA: Nació en Dalian, en el noreste de China. ¿Cuál ha sido su trayectoria desde allí hasta el 30 Montaigne?

HL: Aprendí a modelar en la universidad de Dalian. Para entrar había que superar un examen de dibujo (en China sigue siendo el caso), así que dediqué tres intensos meses a aprender esta práctica artística. La historia de Dior me fascinaba. La única forma de trabajar aquí era viniendo a estudiar a París, cosa que hice en 2001, cuando entré en la escuela de la Cámara Sindical de la Alta Costura de París, el actual IFM. Recibí el premio de mi promoción, que ¡era hacer prácticas en Dior! Yo, que ya tenía hecha la maleta para volver a China, no daba crédito. Además, me gustaba especialmente el trabajo de Galliano, que por entonces era el Director Artístico de la Maison. Mi proyecto para el premio, precisamente, se inspiraba en sus siluetas para Dior y en el traje sastre deconstruido. Todos los astros se habían alineado, ¡era demasiado bonito para ser verdad!

MA: ¿Cómo fue su llegada a la Maison?

HL: Me propusieron entrar inmediatamente en el estudio creativo, pero yo quise aprender primero el trabajo manual del taller. Ahí fui consciente del nivel de excelencia de la Maison. Las prendas para las clientes y el siguiente desfile estaban en proceso de creación. Estaba emocionado de vivir todo aquello. Empecé a trabajar ese mismo día en el taller de sastrería, ¡con lo mucho que siempre he admirado el traje Bar y la arquitectura virtuosa de los patrones de Christian Dior! No podía ser mejor, ¡tuve muchísima suerte!

MA: Una suerte que se ganó a pulso, porque para financiar su traslado a Francia y los estudios en París abrió su propia marca a los 24 años. ¿Qué simbolizaba Dior para usted?

HL: La perfección. La revolución del New Look, una nueva visión de la feminidad tras la Segunda Guerra Mundial. Una arquitectura muy estructurada y muy creativa.

MA: Para convertirse en primer oficial, que es un puesto fundamental, hay todo un aprendizaje detrás…

HL: Empecé pasando hilos flojos, es decir, marcando el contorno de los patrones en la tela con hilo. Después se corta y se hilvana a mano. Una vez hecha la prueba con la cliente, se retiran los hilvanes y se trabaja en plano para no estropear el modelo. Se hacen los retoques necesarios y se reconstruye el vestido. Después, muy rápidamente, pasé a hacer media glasilla, media chaqueta, a lo largo de mes y medio, con las técnicas tradicionales de la Alta Costura de Dior. Aprendí a montar una chaqueta Bar de cabo a rabo.

MA: En la actualidad tiene a su cargo las creaciones de las famosas y de nuestras VIC, Very Important Clients. Es todo un logro, un reconocimiento envidiable.

HLColaborar con Maria Grazia es un placer inmenso, el diálogo creativo es muy fluido con ella, muy gratificante, y está en constante movimiento, siempre reinventándose. Puedo proponerle técnicas de excelencia que se ajustan a su extrema modernidad y a su visión tremendamente humana, tanto de la moda como de la feminidad. Mi equipo ha trabajado con los vestidos de telas mórbidas que ha diseñado para el desfile Dior de Alta Costura primavera-verano 2024: 32 de los 59 modelos. Ha sido todo un reto, siempre animado por la confianza total que deposita en nosotros, algo que no tiene precio. ¡Y qué felicidad es ver a nuestras clientes tan favorecidas llevando esas obras creadas en equipo!

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