MUSA DIOR

«Miss Dior», un nombre que abre las puertas del sueño y de la historia, del perfume y de la Alta Costura. Un nombre que resuena instantáneamente en el imaginario, del que surge una representación colectiva y plural de la mujer Dior. Un credo feminista reflejado en las colecciones como prueba de una búsqueda constante. «Miss Dior», con sus mil anécdotas creativas, es una figura real y soñada a la vez. Lo es todo al tiempo: inspiración, seña de identidad de Dior e icono eterno. Por Lucie Alexandre.

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© AGIP/BRIDGEMAN IMAGES

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© BRYAN ZAMMARCHI

«¡Vaya, aquí tenemos a Miss Dior!», pudo oírse en 1947 en el número 30 de la Avenue Montaigne. Bastó con esa sencilla exclamación para que Catherine Dior, a quien la divina y felina Mizza Bricard llamaba Miss Dior, se convirtiera en leyenda. Compartía con su madre, Madeleine, y con su hermano mayor, Christian, con quien siempre tuvo una relación muy cercana, el amor por la naturaleza: las flores ocuparon un espacio muy importante en su vida; eran la prueba de su amor, constante y redentor, por la belleza, por una primavera invencible que siempre regresa. Catherine Dior vivía ese apasionamiento en todas las estaciones. Vendía ramos de flores en el mercado central de París y luego, cuando se iba de vacaciones, trabajaba en los campos de Callian, en el sudeste francés, rodeada de rosas, jazmines y otras plantas que ella misma cultivaba. Fue musa y también fue miembro de la resistencia; con su extraordinaria fuerza de carácter, la hermana querida de Monsieur Dior encarna una feminidad poderosa, libre y audaz. Su determinación sin concesiones, su inmensa valentía, su indiscutible lealtad y su elegancia irreverente la convierten en el modelo a seguir por excelencia, en uno de los primeros rostros de Dior, en la primera Miss Dior. Lo suyo era elegancia vital.

¿Qué mejor manera de rendirle homenaje que una estela que sea también seña de identidad y despierte tanto los sentidos como la mente, una estela simbólica en la que tenga cabida todo un mundo, toda una narrativa? Desde la fundación de su Maison, Christian Dior, ayudado por Paul Vacher, imaginó la esencia de un chipre sensual que dibuja la imagen olfativa de un jardín de ensueño. El New Look acababa de triunfar, y la llegada de Miss Dior fue como el manifiesto de una nueva feminidad, un elixir indisociable de aquel renacer.

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© SOCIÉTÉ RENÉ GRUAU – WWW.RENEGRUAU.COM

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© BRYAN ZAMMARCHI

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© CHRISTIAN DIOR. COLECCIÓN DIOR HÉRITAGE, PARÍS

Su pureza, ardor y sutileza, así como su persistencia y olor, fueron las claves del éxito. «Miss Dior nació de esas noches provenzales iluminadas con luciérnagas, en las que el jazmín verde sirve de contrapunto a la melodía de la noche y la tierra», rememoraba Christian Dior poniendo así de relieve toda la complejidad de esa fragancia concebida como un frondoso paisaje mental. Su delicada armonía empieza con las notas hespérides de un cítrico, se prolonga con un frescor floral y se mantiene con los acordes amaderados del musgo de roble. En Miss Dior se combinan la rosa de Grasse, el extracto de pachuli de Indonesia y el azahar de Túnez. «El perfume de la joven sofisticada (…) y de las veladas brillantes. Ligero, pero persistente, tiene el encanto de las cosas que en un primer momento no te tomas en serio, pero que poco a poco se acaban imponiendo». Así se explicaba cómo es Miss Dior en un maravilloso documento de archivo fechado en 1956. Esas palabras remiten a otras pronunciadas por Catherine Dior, para quien Miss Dior estaba destinado a ser «por siempre el perfume de la Maison». En la actualidad, reinventado por Francis Kurkdjian como un canto a la juventud, esa afirmación sigue vigente.

Miss Dior, homenaje a todas las mujeres, es también una obra de Alta Costura. Reflejo de un virtuoso savoir-faire, el frasco lleva grabado el motivo pata de gallo y el cuello se adorna delicadamente con una lazada poignard, conocida también como «de cola de golondrina». Este envoltorio, revisitado hasta el infinito, también se ha transformado en objeto artístico: a través del lápiz de Fernand Guéry-Colas, en 1952 adoptó la forma de Bobby, el fiel perro de Christian Dior. Recientemente, artistas como Eva Jospin, al igual que muchos otros creadores plásticos, lo han reinterpretado.

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© DERECHOS RESERVADOS. MARC BOHAN POR ALEXANDRE SACHE (DISEÑADOR TEXTIL) MISS DIOR, HACIA 1970. FOTOGRAFÍA DE BRYAN ZAMMARCHI, PARÍS, 2021. COLECCIÓN DIOR HERITAGE, PARÍS, © BRYAN ZAMMARCHI.

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© DERECHOS RESERVADOS. MARC BOHAN POR ALEXANDRE SACHE (DISEÑADOR TEXTIL) MISS DIOR, HACIA 1970. FOTOGRAFÍA DE BRYAN ZAMMARCHI, PARÍS, 2021. COLECCIÓN DIOR HERITAGE, PARÍS, © BRYAN ZAMMARCHI.

Miss Dior es, ante todo, un estilo, una actitud, un impulso creativo. Las primeras líneas de Christian Dior incluían modelos que evocan la forma de una corola y llevan bordados deslumbrantes, como el vestido Miss Dior de primavera-verano 1949, enteramente cubierto por flores de seda. Como si estuviera tallado en una multitud de pétalos, ese vestido irradia encanto poético y hace resplandecer la prodigiosa diversidad de la flora y sus tesoros. A través de la mirada de los directores artísticos que se han sucedido en la Maison, Miss Dior, sinónimo de frescura e impetuosidad, marca las colecciones como un credo, un grito que surge de lo más hondo; por ello, alrededor de veinte variaciones jalonan su historia, intrínsecamente ligada al futuro de la Alta Costura.

Todos los sucesores de Monsieur Dior han rediseñado este vestido cautivador convertido también en cita ineludible. Raf Simons lo traspuso en una versión adornada con flores de cuero para el desfile de Dior otoño-invierno 2013-2014, y Maria Grazia Chiuri hizo lo propio en la colección de otoño-invierno 2018-2019 con una serie de conjuntos de noche, unos bordados con lentejuelas transparentes y otros realzados con flores tridimensionales. Para el desfile Dior de prêt-à-porter otoño-invierno 2023-2024 ha creado un extraordinario Miss Dior que oscila entre la realidad y la fantasía: cubierto de flores que parecen ingrávidas, cada una de ellas está formada por 76 minúsculos pétalos de organza cuidadosamente confeccionados y pintados a mano por los talleres Chanakya y la Chanakya School of Craft.

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© CHRISTIAN DIOR. COLECCIÓN DIOR HÉRITAGE, PARÍS

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Mientras que la Alta Costura otorga a Miss Dior su elegancia incomparable, el prêt-à-porter le atribuye su marcada feminidad, su deliciosa insensatez, su fogosa vivacidad. El 11 de septiembre de 1967 se produjo un «feliz acontecimiento en Christian Dior: el nacimiento de un nuevo departamento, el de prêt-à-porter Miss Dior». Marc Bohan, junto con Philippe Guibourgé, convirtió a Miss Dior en un emblema, una encarnación de la emancipación, un icono de los años sesenta. El tono era desenfadado, más informal; los colores, brillantes; los largos, cinco centímetros más cortos, por encima de la rodilla. La energía creativa de la calle, la vida diaria de las mujeres y el entusiasmo de los años sesenta fueron influencias que convirtieron a las sucesivas líneas Miss Dior en una evidencia. Lejos de ser una simple tendencia, las colecciones respondían a los cambios sociales y a los deseos de las jóvenes generaciones sin perder de vista los principios del modista-fundador y su deseo manifiesto de «vestir a todas las mujeres». Esta (r)evolución vino acompañada de una potente identidad visual reconocible gracias a su rompedor logotipo. Irresistiblemente gráfico, contrasta con el clasicismo de la marca que aparece en el frasco y se traslada a fulares y otros complementos como un estandarte. En el desfile Dior de prêt-à-porter otoño-invierno 2024-2025, Maria Grazia Chiuri se inspira en aquel periodo decisivo en el que la moda salió de los talleres para conquistar el mundo. Las siluetas evocan magníficamente aquel momento de transición y continuidad. Sin caer en una relectura directa, las formas y los colores pop sugieren esa libertad (re)encontrada impulsada por Miss Dior.

Musa de las Miss, reinventándose constantemente, Miss Dior es esa aura que habita todos los universos de la Maison. Chispeante e inclasificable, dejará su huella y su estela de la costura al perfume pasando por el estilo de vida. ¿No es acaso Miss Dior la imagen soñada de todas las mujeres?

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