Entre grutas, bosques, paisajes fantasmagóricos y arquitecturas de cartón, la obra de Eva Jospin resulta intrigante y asombrosa. Despierta la mirada para dirigirla hacia otra realidad, una realidad onírica entre sueño e ilusión, que invita a la evasión. Su obra, siempre monumental e impactante, propone una forma única de contemplar el mundo y da lugar a emociones inesperadas. Esta característica la comparte con Miss Dior, emblema de revolución olfativa en constante evolución, que cautiva los sentidos y alienta al desborde de la imaginación. |
Esa obra, en versión miniatura, se despliega ahora por el lazo del frasco Miss Dior, «todo un desafío» en palabras de la artista. Lo infinitamente pequeño da cabida a lo extraordinario, a un preciosismo irresistible. De un vivo rosa, las flores se entremezclan con el verde claro del follaje, que contrasta con los colores más suaves de las ramas; esta coreografía de la naturaleza parece cobrar vida en la organza, en transparencia. Los artesanos de Chanakya han aportado toda su delicadeza para hacer brotar este homenaje único a la esencia floral y primaveral de Miss Dior. |