Christian Dior, modista de sueños, fue también un perfumista visionario que consideraba que sus creaciones olfativas eran un suplemento de alma para completar sus refinadas siluetas: «El perfume es el toque final de un vestido (…); una puerta abierta a un universo recobrado», escribió el modista.

Esos lazos, vibrantes e indestructibles, impregnan ahora cuatro estuches exclusivos de La Collection Privée Christian Dior. Los cuatro se adornan con el estampado Toile de Jouy Mexico creado por Pietro Ruffo para el desfile crucero de Dior 2024 y expresamente adaptado por el Studio Dior para amoldarse a la perfección a estos objetos de deseo.

El diseño onírico, reinterpretado en un estampado único, se adorna con mariposas que revolotean, símbolos del arte y la metamorfosis. Con poesía, las cautivadoras criaturas cobran vida en un conjunto de estuches que albergan este cuarteto de fragancias icónicas: Gris Dior, con su estela chipre y sus notas de rosa; Lucky, con su generoso ramo de f lores blancas y verdes del que surge la embriagadora fuerza del muguete; Sakura, que deja que se expanda en majestad la flor del cerezo; para terminar, Jasmin des Anges, cuyo aroma se realza con una deliciosa faceta de albaricoque.

Se diría que el murmullo de los pétalos, la eclosión de las corolas* y el susurrar de las alas de las mariposas, que parecen reales, se funden en una ilustración mágica que integra fauna y f lora. En los cuatro estuches el motivo juega con variaciones infinitamente sutiles de tonos que remiten a los matices luminosos de cada fragancia (descubra más adelante su fascinante paleta). Romántica, pero también ultramoderna, esta elegante funda establece un nuevo relato de Alta Costura, una historia de pasiones. Ya lo decía Christian Dior: «Por eso me hice perfumista, para que bastara con abrir un frasco para hacer surgir todos mis vestidos».

Matices sin fin

El estuche bucólico de Jasmin des Anges se expande en tonos cálidos que remiten a la calidez del jazmín; Sakura prefiere los tonos rosados, como el cerezo al que rinde homenaje con su nombre japonés; Gris Dior, con su enigmática estela chipre, va salpicado con un gris empolvado que tiende ligeramente al violeta y recuerda el color distintivo del modista-fundador; Lucky para terminar, se presenta con un vestido lleno de matices de verde, ref lejo de su acorde principal entre flores blancas y muguete –que fuera amuleto de Christian Dior– para evocar una primavera eterna.