En el punto de encuentro entre el arte y la artesanía, el desfile de Dior verano 2025 representó a la perfección el homenaje que Kim Jones rindió a Hylton Nel, cuya estética impregna toda la colección. Las reproducciones en tamaño gigante de algunas de sus figuras de cerámica –emblemáticas representaciones de gatos– constituyen un bestiario onírico de toques surrealistas. El decorado, como salido de un sueño, se llenó de vida acompañado por los compases del tema Cloudbusting de Kate Bush.

Las prendas de vestir de esta colección ponen de relieve la fuerte conexión entre el taller del artista y el taller del modista, una conexión esencial entre culturas y savoir-faire. Irresistiblemente escultóricas e impregnadas por la energía creativa del ceramista sudafricano, las siluetas juegan con texturas, formas y motivos para reproducir, en versión costura, sus fascinantes cerámicas. El delantal, prenda que tradicionalmente simboliza la ropa de trabajo, unas veces se convierte en cinturón para completar algunos pantalones, y otras se funde con el drapeado de una falda que remite a las icónicas curvas Oblique. En una combinación de sastrería y prendas de aire libre, entre elegancia y sentido práctico, la colección luce volúmenes redondeados y se atreve con interesantes combinaciones que integran tejidos de punto envolventes y efectos de transparencia.

Los complementos prolongan el encuentro entre lo bonito y lo práctico dando continuidad a una alquimia virtuosa. El zueco se transforma tanto en bota de motorista como en zapato derby, uniendo la suela de madera y la construcción con remaches a otra suela de caucho, ultrafuncional. Los calcetines, superpuestos, se realzan audazmente con dibujos de Hylton Nel. Los cuellos-fular, inspirados en un modelo diseñado por Yves Saint Laurent para la línea Dior otoño-invierno 1960-1961, llamado Négatif, son preciosos compañeros de un espíritu decidido y, gracias a una técnica innovadora y única, parecen de cerámica, material que también está presente en los broches que adornan las solapas de chaquetas y abrigos. El conjunto se convierte en un panorama íntimo y universal, de inigualable pluralidad, en torno a la singularidad creativa de Dior.